jueves. 28.03.2024

"Uno cualquiera"

Tribuna Libre de Darío García, sobre la manifestación antitaurina de la tercera corrida de la Feria del Caballo 2016

"Uno cualquiera"

Tribuna Libre de Darío García, sobre la manifestación antitaurina de la tercera corrida de la Feria del Caballo 2016

Las 17:45 horas de la tarde de un sábado feriado en mi querida Jerez de la Frontera. Aledaños del coso jerezano. Paseando hacia la puerta novena, donde este año estaba abonado, un puñado de personas -no más de un centenar- proferían adjetivos tales, hacia aquellos que iban a disfrutar de una tarde singular, como asesinos, catetos, incultos, e incluso algunos dudaron de mis dotes estudiantiles, todo ello aderezado con un “que se tiren, que se tiren” a aquellos que ya contemplábamos la manifestación ya desde arriba de la plaza.antitaurinos

¿Asesino? La verdad que para los que me conozcan bien, les producirá un enorme estupor que se  haya adjetivado a mi persona de tal forma. Violento nunca he sido, es más siempre me he mantenido al margen de cualquier problema. Nunca he matado a un toro ni a ningún otro animal, sinceramente no sé si lo haría, pero disfruto con el todo de esta bendita fiesta. Asesinar es un verbo bastante rotundo, tanto que puede ser mal usado. Nuestra Real Academia, de la que un tocayo mío es director, define asesinar como el acto de matar a alguien. Alguien, pronombre indefinido masculino y singular, que designa a una o varias personas, que no animales. Todo esto también es cultura.

Porque a mí y a todos se nos tachó de incultos. Y de catetos. No creo que mis padres aprobaran esta afirmación. Ellos, taurinos a la vez que cultos también, concentraron gran parte de su tiempo, en enseñarme desde que tengo uso de razón el buen arte de la pintura, de la escultura, y de la lectura y en especial de la poesía dentro de los géneros literarios. Sobre todo de respetar la ideología de todos los artistas, la compartamos o no. Me tendieron a Goya, Velázquez, Dalí o Gauguin. A Voltaire, Baudelaire, Valle-Inclán o Cervantes. A Bernini. A Bécquer. O a García Lorca. Muchos de los citados taurinos, y la verdad que creo que García Lorca o Picasso tenían poco de incultos y de catetos.

De mis dotes estudiantiles poco hay que dudar. Sí, estudio. Y no entro a juzgar si alguno de los que estaban allí manifestados lo hacía o había hecho, porque de lo que no sé, prefiero no hablar. Estudio, en la Universidad de Cádiz, con aceptables resultados. Estudios que en la mayor parte han financiado mis padres, sin ayudas ni privilegios, y en educación pública donde siempre he soportado menosprecio a mi forma de pensar, ideología o creencias, pero, donde he aprendido a respetar.

En ningún momento se me pasó por la cabeza precipitarme desde lo alto de la plaza, para acabar con mi vida, por mucho que los manifestados lo aclamaran, ni mucho menos se me pasó hacer lo mismo con ellos. Veamos quienes son los violentos.

La tauromaquia seguirá, porque es una fiesta sin ideologías. El mismo José Tomás, gran triunfante de aquella tarde, se declara abiertamente republicano. También siempre ha sido una fiesta que no ha entendido de clases, una fiesta justa y llena de valores, desde el campo a la plaza, pero que es difícil de explicar a alguien que se obceca en la muerte del animal, que al fin y al cabo se produce en mataderos repartidos por todo el mundo.

Yo era uno más, uno cualquiera a las 17:45 horas de un sábado feriado en los aledaños del coso de mi querida Jerez de la Frontera. Con mi vida, la que algunos se atrevieron a inventar.

"Uno cualquiera"