viernes. 29.03.2024

El Flamenco, una identidad manifiesta

Existe un cordón umbilical que va desde la antigüedad, desde los tiempos de Tartessos y Turdetania pasando por la Bética

Nace en el triángulo articulado y con los vértices de Triana, Cádiz y Ronda, cuyo centro es Jerez de la Frontera, y pasando por Utrera, Lebrija y con prolongación hasta El Puerto. Aquí es donde se da el cante jondo, o los cantes básicos como la toná, siguiriya, soleá y tango.  Es una música artísticamente popular.

Por ello, existe un cordón umbilical que va desde la antigüedad; desde los tiempos de Tartessos y Turdetania pasando por la Bética hasta llegar a Al-Ándalus, donde luego, los moriscos, herederos directos de los músicos andalusíes, que convivieron durante los siglos XVI y XVII en el campo, mantuvieron esos sonidos, bailes y  músicas, pero sobre todo en la campiña de Sevilla y Jerez.

Mientras, los gitanos llegaron y se andaluzaron a lo largo de casi dos siglos, pero es que, muchas veces, los moriscos se hacían pasar por gitanos para huir de la Inquisición que ejerció hasta 1834.

Los elementos integradores del nacimiento del flamenco fueron, principalmente tres: El tradicional sentido gaditano del ritmo y de la danza, Las canciones campesinas de los agricultores moriscos y, por último, Los resabios judaizantes y todo el folklore orientalizado andaluz respaldado por la gran tradición bética.

El Flamenco es un cante reglado, donde el cantaor puede aportar quejidos, melismas, algún adorno, pero hay que respetar unos cánones precisos. Más que música, el flamenco es una ancestral liturgia; es una mística.

Aclarar para finalizar que, aparte del triángulo primigenio, hay otros dos importantes en el nacimiento y evolución del flamenco; el de Córdoba, Linares y Ronda, y el de Málaga, Granada y Ronda.

El Flamenco, una identidad manifiesta