miércoles. 17.04.2024

Estas mujeres tienen licencia para peinar, teñir y cortar

Las estilistas de la colonia española en el área de Washington D.C. cuentan cómo funciona el sector de la peluquería en USA

Al entrar en Cosset Hair Studio sientes que podrías estar, perfectamente, en un salón de peluquería de Madrid, Barcelona o de cualquier otra gran ciudad europea. El estilo industrial que combina la madera y el hierro, dejando visible la estructura del techo, se mezcla con detalles vintage-chic, creando una atmósfera sofisticada al tiempo que cómoda y relajada. Como reza en su página web “just cool enough but not too cool”.

De-izquierda-a-derecha-Gigi-Cruise-Lidia-Villabella-y-Sulay-Marilyn-González-en-uno-de-los-espacios-de-Cosset-Hair-Studio De-izquierda-a-derecha-Gigi-Cruise-Lidia-Villabella-y-Sulay-Marilyn-González-en-uno-de-los-espacios-de-Cosset-Hair-Studio

Antes de comenzar con las preguntas, sus propietarias, Lidia Villabella y Sulay Marilyn González, cuentan cómo llegaron al sector de la peluquería y cómo, un buen día, decidieron abrir Cosset Hair Studio en Arlington (Virginia).

“Yo trabajaba para un banco americano en Madrid -cuenta Lidia- y mi pareja de entonces trabajaba aquí, así que se puede decir que me vine a USA por amor. Pasados unos meses terminamos y decidí no volver a España ya que la crisis había comenzado. Tenía unos ahorros, conocí a Marilyn y juntas decidimos montar un negocio en Nueva York de producción de documentales que mantuvimos durante 4 años. Pasado este tiempo abrimos un bar restaurante nocturno, que nos fue bien pero requería mucha implicación personal. Así que, aprovechando que Marilyn tenía un buen background de peluquería, pensamos mudarnos de ciudad y montar un negocio de este tipo. Y aquí estamos, llevamos un año y medio y va muy bien. Además ahora contamos con el respaldo de Aveda que nos ha elegido como su salón en la zona”, explica Lidia.

Lidia nació en Madrid pero se siente malagueña porque parte de su familia vive en Málaga y ella lleva veinte años veraneando allí. Este año cumple su octavo aniversario en USA. Marilyn es natural de Texas donde se graduó antes de venir a estudiar Cosmetología en Washington D.C. “Estuve trabajando para grandes firmas como Ratner Company. Cuando me aceptaron en la Universidad de Nueva York me mudé y allí me gradué en Producción de Documentales y Vídeos. Mientras estudiaba trabajaba para la firma Wella en el edificio Rockefeller de Manhattan. Antes de graduarme conseguí un trabajo en una compañía de producciones y allí conocí a Lidia”.

“Fíjate -dice Lidia con un gesto de propia sorpresa como si cayera en la cuenta ahora- en trece años de experiencia profesional en España no salí nunca del sector bancario y en siete años en Estados Unidos ya he estado en cuatro sectores. Aquí a nadie le interesa de dónde vienes, le interesa tu experiencia en general como profesional”.

“Al final todo está relacionado”, explica Marilyn. “El arte de producir documentales tiene mucho en común con el de poner a alguien bello para que se vea bien. Ambas profesiones se basan en el proceso creativo. Lidia trabajaba en un banco y aquí lleva la contabilidad. Todo tiene un punto de encuentro”.

El equipo de Cosset Hair Studio se completa con la salvadoreña Gigi Cruise, que obtuvo su licencia en Cosmetología en Nueva York. “A Marilyn la conozco desde el año 98, habíamos trabajado juntas en discotecas… Yo iba a visitarlas a New York y así conocí a Lidia. Cuando se mudaron para acá empecé a trabajar con ellas en el salón de peluquería”.

Sulay Marilyn González (izda) y Lidia Villabella (drcha) Sulay Marilyn González (izda) y Lidia Villabella (drcha)

Desde vuestra experiencia, ¿diríais que es sencillo montar una empresa en USA?

Montar una empresa en USA es mucho más fácil que en España, afirma Lidia. Aparte, si te va mal, nadie te va a criticar por ello. Tampoco es tan fácil -apostilla Gigi- tienes que tener un buen credit score.

Aquí -Lidia continúa explicando su punto de vista- hay una serie de estándares que tienes que respetar y ciertas cosas que debes conocer antes de montar un negocio. Por ejemplo, para poder alquilar un local en un shopping center como éste tienes que presentar un proyecto, y éste tiene que gustarle a las compañías que alquilan. En ese aspecto no es tan sencillo como en España. No te alquilan por local, te alquilan por proyecto.

Cuando digo que aquí es más sencillo que en España me refiero a la parte administrativa. En USA el problema es más bien cultural. Te tienes que adaptar al dinamismo de este país. Los empleados no tienen Seguridad Social sino que trabajan como freelancer y cobran sus tips o propinas, traen clientela, promueven...

Y eso tampoco es tan sencillo -añade Marilyn- tienes que adaptarte a formas de trabajar que a lo mejor no te gustan pero tienes que hacerlo si quieres que tu negocio funcione. Por ejemplo, nosotras nos especializamos en colores y texturas de cabello de las que no nos podemos salir… Quizás en España todo el mundo hace más o menos de todo. Aquí se valora más la especialización, la firma personal del estilista.

Hablamos de eso precisamente, ¿qué diferencias hay en el sector de la peluquería de USA respecto a España o Latinoamérica?

Aquí, obligatoriamente, -incide Lidia- el negocio tiene que crearse una identidad que lo diferencie de la competencia. No es como en Madrid que casi te da igual ir a una peluquería de la calle Serrano que a la del aeropuerto porque esperas recibir más o menos el mismo tipo de servicio. En USA, los propios estilistas han creado la imagen de su profesión y se consideran artistas. Ellos se lo han creado y se lo creen -añade Gigi sonriendo, luego Lidia resume- Es como una alta costura del pelo.

Esto también es, en parte, gracias a los actores y cantantes de este país que convierten a sus estilistas en celebrities, aporta Gigi. La industria, en general, -dice Lidia- está más evolucionada. Es como el auge que ha tenido el sector de la cocina en España, aquí el perfil de los estilistas es más alto desde los tiempos de las estrellas de Hollywood.

Es cierto -dice Marilyn- aquí el trabajo de peluquería está más relacionado con el arte, con el trabajo creativo. En general, esta profesión está más valorada en USA. Te consideran un artista del pelo que no sólo sabe manejar las técnicas. Además se utiliza más el término de estilista que el de peluquero y se hace con mucho respeto porque la gente sabe la cantidad de horas de formación y el sacrificio que requiere conseguir un título de estilista y lo valora.

En algunos países de Latinoamérica o Centroamérica tampoco se espera que un peluquero tenga una mínima vocación, cierta cultura o un determinado nivel social. Marilyn asiente con la cabeza mientras habla Lidia y seguidamente aprovecha para explicar que el título de Cosmetología en USA exige completar dos mil horas de clases en total, incluye asignaturas como gestión de empresas y contabilidad y que, sin él, puedes conseguir trabajo aunque no sea en un salón prestigioso pero corres el riesgo de que te multen.

Después de estas horas lectivas, tienes que realizar, según el estado donde vivas, un último examen teórico de cien preguntas sobre colorimetría, administración, anatomía y dermatología. Para el examen práctico llevas tu modelo y consiste en realizar cuatro cortes básicos, hacerle el color y alisar un cabello tipo afroamericano, concluye Marilyn.

En cuanto a las técnicas que se siguen -retoma Lidia- no es que sean muy diferentes a las de España o cualquier otro país europeo o latinoamericano. La cuestión es que, mientras en España sólo hay cuatro o cinco texturas de cabello, aquí la variedad racial es mucho mayor y cada tipo de cabello requiere unas técnicas concretas. Otra diferencia es el precio de los servicios de peluquería que aquí son bastante más caros por todo lo que hemos hablado del prestigio del sector en USA etc.

Concretando… ¿se puede llegar a USA de novato?

Sí se viene a montar un negocio sólo se necesita el capital para invertir y el tiempo previo que requiere sondear el mercado, la zona, elaborar el proyecto…-contesta Lidia- mientras que si se viene como empleado hay que pasar por todo el proceso de conseguir los visados de trabajo. Si el empleado no es residente en USA necesita que una empresa lo esponsorice.

Cualquier peluquero de otro país puede trabajar en USA siempre que convalide su título y tenga los papeles en regla claro, añade Marilyn. Luego viene el problema del idioma, recalca Gigi.

La esponsorización de un empleado no es nada sencilla, explica Lidia. El empresario tiene que contratar a un abogado que arregle todo y el monto puede alcanzar los diez mil dólares. Además de garantizar al empleado unos ingresos “equis” para que tenga unas cotizaciones concretas. En general, si un empleado te sale por unos sesenta, setenta mil dólares al año, con la esponsorización puede subir a ciento cincuenta mil el primer año.

Lo normal en USA es que un empleado de este sector, y de muchos otros, cobre el cincuenta por ciento de comisión de lo que factura y, gracias a la cultura de la propina que hay aquí, complete lo que gana con las tips que suelen oscilar entre el quince y el veinte por ciento del total del servicio.

Precisamente por la singularidad del sector aquí, encontrar empleados no es tan sencillo. Aunque suene un poco ridículo, es como una banda de rock… necesitas tener un bajista, un batería, un vocalista y el conjunto tiene que ser de éxito. Y eso es lo difícil, crear el equipo. En Cosset Hair Studio estamos terminando de definir esa impronta personal de la que hablábamos antes, pero a nivel de equipo todavía nos falta el batería, nos falta el bajo… Está el de la guitarra, el del trombón y el vocalista, Lidia se ríe.

Así que puedes poner que buscamos empleado, anuncia Lidia mientras Marilyn y Gigi asienten con la cabeza. Para completar nuestro equipo sería preferible que fuera un hombre, sigue contando. Un estilista que, a ser posible, traiga ya su propia clientela, añade Gigi. Buscamos una persona preparada, inteligente, con iniciativa y con ganas. Estaríamos dispuestas a apostar por alguien así, concluye Lidia con determinación.

En Cosset Hair Studio atendéis a gran parte de la colonia española en el área de Washington D.C., ¿a qué creéis que se debe?

Bueno, en parte se debe gracias a la ayuda de uno de nuestros clientes más VIP, Enrique Sardá Valls, cónsul de España en Washington D.C., que nos dio la idea de contactar con el grupo de Facebook “Españoles en Washington D.C.” y que nos ha ayudado mucho con sus recomendaciones, dice Lidia.

También porque, en un momento dado, te puedes sentir más cómodo con alguien que conoce tu cultura, tus raíces…, añade Marilyn. La comunicación no es solamente el lenguaje sino la confianza de decir esto no me gusta en un momento dado o las referencias comunes en cuanto a estilos o gustos.

Y entre el cliente americano y el español, ¿qué diferencias notáis?

El cliente americano -responde Gigi- está más abierto al cambio en general, más dispuestos a probar cosas nuevas, mientras que los españoles son más de costumbres, más de pedir lo mismo de siempre. Los americanos se dejan aconsejar.

Quizás debido a lo mismo que hablábamos antes de la sofisticación del sector aquí -añade Lidia- el cliente americano está más educado en tendencias. El cincuenta por ciento de nuestra clientela son hombres. En algunos puntos de España quizás resultaría difícil que aún hoy día los hombres acudieran a una peluquería con esta imagen. Allí está menos visto que un señor llegue con el nombre específico del tipo de corte que quiere… un under cut, un crew cut, un fade… y no estamos hablando de hombres necesariamente sofisticados. Hablamos de soldados que trabajan en el Pentágono o de agentes del FBI -Lidia señala al techo con el dedo índice- las oficinas centrales están en este mismo edificio.

Igual ocurre con las mujeres, mientras que las españolas piden highlights, es decir, mechas y un corte de las puntas, las americanas vienen ya con el tono y el tipo de matiz que quieren. Lo que te piden es mucho más específico por lo que resulta más fácil atenderlas. Es una cuestión cultural.

También es porque estamos cerca de los núcleos donde surgen las tendencias como Nueva York, razona Marilyn.

¿Qué consejos daríais a aquellos que se estén planteando venir a USA a trabajar en este sector?

Que sean pacientes lo primero. Crear una clientela propia requiere tiempo, responde Gigi. Y luego -añade Lidia- hacer las cosas bien. Quitarse los estereotipos de la cabeza. Aquí hay que trabajar mucho. No hay paro ni vacaciones fijas… ni siquiera sabemos qué días de fiesta hay a lo largo del año.

Para terminar y hablando de otros temas ¿qué pensáis de los looks de los candidatos presidenciales?

Que Donald Trump debería quitarse la peluca amarilla esa que lleva, dice con gracia Gigi. Yo se la quitaría a ver qué es lo que anda ahí abajo… No, en serio, yo no lo aceptaría como cliente. Yo sí lo aceptaría -dice Lidia- así tendríamos aquí a la prensa. En cuanto a Hillary, me gusta el corte de pelo que lleva.

Cosset Hair Studio se encuentra en Crystal City Shops, 1750 Crystal Drive, Arlington (Virginia). Pueden contactar a través de su web http://cowodo.wix.com/cossetaveda, su email cossethairstudio@gmail.com y su página de Facebook @cossetaveda.

Desire VidalDesiré Vidal, periodista jerezana afincada en Washington D.C. desde 2014. Ha sido reportera, presentadora de noticias y jefa de redacción y actualmente colabora con varios medios de comunicación tanto españoles como norteamericanos. Además, combina su labor como consultora de Marketing online y especialista en Social Media con sus estudios de postgrado en Periodismo Contemporáneo por la Notre Dame of Maryland University (USA).

Estas mujeres tienen licencia para peinar, teñir y cortar