martes. 23.04.2024

Una joven portuense, finalista del III Premio de Jóvenes Agricultores

Rocío Áspera ha presentado un proyecto de producción de vino ecológico que recupera prácticas tradicionales en la provincia

La joven agricultora portuense, Rocío Áspera, se cuela entre los diez finalistas del III Premio Nacional Joven Agricultor Innovador que otorga cada año Asaja-Nacional. En esta ocasión la provincia no ha podido alzarse con el primer premio, como ocurrió en la anterior edición en la que el asociado y vicepresidente de Asaja-Cádiz, Pedro Gallardo, ganó tanto la edición española como la final de Bruselas, pero ha tenido la recompensa de quedar entre los diez mejores proyectos de España.04082015-_MG_1382-2

No ha sido fácil porque el proyecto de Rocío Áspera, ‘Compromiso con la ecología y con la tierra’ ha competido con más de 80 trabajos de toda España en los que los jóvenes de Asaja han mostrado iniciativas imaginativas que aportan valor añadido a los productos.

Los galardones, incluido el de la finalista de Cádiz, han sido entregados por la ministra de Agricultura en funciones, Isabel García Tejerina, y ante la mirada del presidente de Asaja-Nacional, Pedro Barato, y la presidenta de Asaja-Joven, Paola del Castillo, también asociada de Asaja-Cádiz.

En el acto la ministra ha destacado la calidad de los trabajos presentados y cómo todos ellos ofrecen “una fotografía de un sector potente que sigue creciendo” y ha añadido que en España “tenemos unos jóvenes valiosos, con vocación y con el convencimiento de hacer de este sector un proyecto sostenible, rentable e innovador”. Por su parte, el presidente de Asaja-Nacional, Pedro Barato, ha mostrado su satisfacción por la calidad de los proyectos y por la variedad de sectores que se han presentado y se ha mostrado orgulloso de que “este premio sirva a los ganaderos y agricultores del futuro como plataforma para dar a conocer su trabajo en España y en la Unión Europea”. Cabe recordar que los diez finalistas del premio acuden cada año a la final que se celebra la semana próxima en Bruselas en la que tienen la oportunidad de compartir sus trabajos con los finalistas de otras nacionalidades. Será la primera la que ha que quedado en primer lugar de España en la categoría de Innovación, Alicia Pardo García España, en esta caso, la encargada de defender su proyecto de leche de yegua para optar al premio europeo.16022013-DSC_0144 1

Proyecto de la representante de Cádiz

El proyecto de Rocío Áspera, licenciada en Ciencias Empresariales y máster en Vitivinicultura de Climas Cálidos de la Universidad de Cádiz, consiste la producción de vino ecológico, rescatando métodos tradicionales. El respeto a la tierra y al medio ambiente han marcado el trabajo de esta agricultora para conseguir dos vinos que están siendo muy bien acogidos por el mercado, Forlong Blanco y Forlong Tintilla, conviertiéndose en la primera viña en ecológico del término municipal del Puerto de Santa María.

Sus vinos cumplen en el viñedo, en el proceso industrial y en el embotellado los parámetros de vinos ecológicos y, de hecho, tienen la certificación del CAEE. Esta apuesta aprovecha un nicho de mercado menos agotado que el convencional.

Entre las muchas labores que realizan basan gran parte del rendimiento en el mantenimiento de una cubierta vegetal que nutre al suelo que se convierte en refugio de insectos predadores de las plagas que afectan a las vides, consigue que no se evapore la humedad del suelo y crea una competencia natural con las vides que las hace producir menos cantidad de grano pero con mayor calidad, color, presencia… Asimismo, contra a las prácticas habituales de la zona, en Forlong no queman los sarmientos, los trituran y los incorporan al suelo y reutilizan los restos de vendimia para compostaje. También en la finca hacen suelta controlada de depredadores de insectos como lucha natural contra aquellos que pueden dañar las uvas.

Las principales labores se hacen de forma manual, principalmente para tener un cuidado más delicado de la planta, la poda y la vendimia se hacen a mano en Forlong.

Este compromiso con la tierra ya está dando alegrías a Rocío que no sólo ve como su producción ha subido de 3.000 a 30.000 botellas en poco más de 3 años y se ha vendido al completo como también el orgullo de saber que ha creado “un pequeño oasis” en medio de la campiña.

Vendimia a mano

La vendimia también se hace con mucho cariño en Bodega Forlong y prueba del mimo es que se ha vuelto a lo tradicional, a recoger a mano preservando la integridad de la uva. La particularidad e innovación, que ya está asentada en muchos puntos de España, es que se hace nocturna para conseguir que la uva entre en bodega a menos grados. A partir de ahí, selección a mano, eliminación de restos, hojas… todo a mano y las seleccionadas se meten en unas tinajas de barro. Una vez finalizada la fermentación se separa la piel del vino y se introduce en barricas de roble donde se produce la fermentación malo láctica.

El embotellado se hace en una pequeña línea de embotellado sin ser sometido a ningún proceso de clarificación para conservar los aromas naturales y por fin se le pone el corcho en el que también han mirado la calidad de los materiales con corcho y una parafina de cera de abeja.

Para el etiquetado han cuida al máximo la imagen apostando por unos dibujos frescos que les han puesto en la diana de los expertos y tenderos especializados que ya no sólo se conforman con unos vinos nuevos sino que buscan un plus en sus continentes.

Reconocimiento de los críticos

El amor, el respeto por la tierra y ese saber llevar la vitivinicultura a sus orígenes ha valido a Forlong puntuaciones muy altas de Parker que ha marcado con 89 a su vino blanco y Mundovino ha elegido Tintilla como el mejor tinto. El respeto de los expertos ha venido avalado por el éxito de ventas, han vendido toda la producción (30.000 botellas).

Rocío Áspera insiste en que aprovechar un nicho de mercado menos saturado como el de los ecológicos y elegir una uva menos conocida como la tintilla, unido a la frescura de una mente joven y una imagen cuidada han conseguido que el mercado les dedique más atención que a otros productos.

Una joven portuense, finalista del III Premio de Jóvenes Agricultores