Desde que salió el 18 de mayo de Nueva York, ha pasado por Pittsburgh (Pensilvania), Ohaio, Indianapolis (Indiana), St.Louis (Missouri) Santa Fe, Madrid y Alburquerque (Nuevo México), El Gran Cañón (Arizona) y Las Vegas (Nevada) ¿qué etapa le ha resultado la más complicada y por qué?

La etapa más complicada siempre está por llegar… Debido a las altas temperaturas en Nevada y en esta zona de California tengo que viajar de noche, para evitar el riesgo del golpe de calor. Viajar de noche es algo que odio, pero no me queda más remedio… En cualquier caso cruzar los Apalaches fue muy duro. Estuvo lloviendo sin parar durante tres días. Con la lluvia el músculo no llega a la temperatura adecuada por lo que se hizo muy complicado superar las pendientes tan duras de Pensilvania.

¿Cuántos kilómetros recorre al día? ¿Ha tenido que entrenarse para poder realizar este nuevo tramo?

Los kilómetros diarios dependen mucho del mapa… En ocasiones son sólo 60 millas, pero he llegado a recorrer 110 millas en una jornada. No te queda más remedio que hacer tantas millas porque en ciertos estados las distancias entre los puntos de abastecimiento son así de grandes. Normalmente pedaleo entre 8 y 12 horas diarias.

Sí, siempre hay que entrenar. Por desgracia mi entrenamiento fue un fracaso debido a una fuerte alergia y a un virus que tuve en primavera, así que me costó mucho tomar el ritmo físico al viaje… Luego está el esfuerzo psicológico. Ese reto suele aparece después de dos meses de viaje, así que todavía no estoy en esa etapa.

¿Viaja solo o le asiste algún equipo?

No tengo ningún tipo de asistencia en la carretera… Tengo que hacerlo yo todo. Afortunadamente recibo muchos ánimos desde España y desde todos los amigos que estoy haciendo en este país maravilloso que es EE.UU.

¿Cuál es la situación más difícil que ha vivido desde que comenzó la etapa americana?

Hubo una tormenta en Amarillo (Texas) en la que pensaba que mi tienda de campaña y yo íbamos a salir volando. Era de noche y la información sobre posibles tornados o huracanes era muy confusa…  Afortunadamente la tienda aguantó sin romperse, y yo tampoco salí volando con ella.

Después, en Santa Fe (Nuevo México) tuve una caída cuando la rueda de mi bicicleta se coló en un rail del tren al cruzar una calle. Afortunadamente solo fueron rasguños superficiales, pero uno de mis culottes quedó destrozado.

¿Y la más agradable?

Antes de llegar a Flagstaff (Arizona) habiendo cruzado el Painted Dessert, un camionero paró su tráiler de 18 ruedas en el arcén para darme una botella de agua helada… He recibido mucho cariño y ánimo de los camioneros de este país. Muchos de ellos hacen sonar el claxon para darme ánimos, cuando me pasan en la interestatal. Son una comunidad increíble… Este país puede estar muy orgulloso de ellos.

¿Qué come, para a comer?

La comida es uno de los grandes retos de este país…Mi cuerpo necesita cosas muy concretas, proteínas y carbohidratos. Encontrar esto sin “grasa” es muy complicado. Normalmente como noodles (carbohidratos) y latas de atún y pollo (proteínas).También tomo bananas que encuentro en las gasolineras. En EE.UU las bebidas isotónicas son mucho más baratas que en España, por lo que suelo beber bastante.

¿Cómo afectan a su viaje las inclemencias meteorológicas?

El viento, el calor, la lluvia son mis compañeras de viaje. Al salir del Gran Cañón un pequeño tornado me tiró de la bicicleta. El viento lateral es muy peligroso… El viento frontal puede llegar a desesperarte porque te impide avanzar por completo.

El calor, a partir de 104F es muy peligroso. El golpe de calor es mortal y no suele avisar. Hay que hidratarse aunque uno no tenga sed, mantener los niveles de azúcar y electrolitos, y descansar en las sombras cinco minutos por hora… Ese es el motivo de que viaje de noche en esta zona, evitar los golpes de calor.

¿Por qué se involucró en esta iniciativa?

Creo que uno tiene que ser coherente consigo mismo. Cuando  das un paso en la vida en una dirección tienes que continuar, no puedes dar marchar atrás… En 2014 viajé de Madrid a Anántapur. No podía seguir viajando en bicicleta sin mantener mi compromiso con las personas más vulnerables de India; los niños de las áreas rurales de Anántapur. Me siento muy orgulloso y honrado de poder colaborar con Fundación Vicente Ferrer, que aquí se llama VFF USA.

¿En qué piensa para sacar las fuerzas que necesita para pedalear?

En la carretera hay mucha soledad. A veces el viaje se convierte en un ejercicio de profunda meditación. La fuerza psicológica la saco de mis propias recompensas personales, del orgullo que siento por el objetivo alcanzado… Realmente me sobra motivación, aunque siempre se agradece los apoyos que llegan por las redes sociales.

Su viaje a través de América tiene también el objetivo de dar a conocer la nueva sede de Vicente Ferrer en Washington D.C. y el gran acontecimiento que tendrá lugar en septiembre para su presentación oficial. ¿Cómo reaccionan los americanos cuando les habla de este proyecto?

Estados Unidos es un país muy solidario. La gente te escucha y está interesada en conocer otras realidades. Algunos ciclistas ya han hecho donaciones para nuestros proyectos en Anántapur…  Realmente la gente quiere recompensar tu esfuerzo y yo les remito a VFF USA. Espero que el evento en Septiembre sea muy positivo para la Fundación aquí en USA. El equipo de VFF USA es increíble y les auguro un gran éxito en sus proyectos.

Ha comentado que recibe apoyos a través de las redes sociales ¿Qué redes utiliza?

Suelo utilizar FB constantemente… Me siento muy cómodo con los videos en directo. Sólo tengo 3000 seguidores, pero son muy fieles y activos. La mayoría son ciclistas y viajeros, y también muestran mucho interés por todo lo que les cuento en los vídeos. En el fondo se trata de reconducirles a la realidad de Anántapur.

En esos vídeos que publica en la página de Facebook El Camino de Anántapur comenta la actualidad más rabiosa como el Brexit… ¿Y las elecciones de España cómo las vivió?

Lo del Brexit fue muy “emocional” por mi parte. No trato de hacer reporterismo, pero sí de expresarme libremente y de contar como se ven las cosas desde aquí… Las elecciones las seguí en directo por la emisión de radio por Internet.

También narra las anécdotas de su viaje en el blog de RTVE… ¿Diría que se le da bien la comunicación en general?

Narro el viaje para RTVE.ES en mi blog “El Camino de Anántapur”. Es un  honor escribir para este medio, que es la empresa para la que trabajo desde hace 15 años, y que me permite realizar este tipo de iniciativas. Me siento afortunado de trabajar para RTVE, creo que es una gran empresa.

Supongo que la comunicación es mi campo, de hecho voy rodando un documental del viaje, como ya hice en 2014. De las proyecciones de este documenta hemos sacado muchos fondos para los proyectos de Anántapur.

¿Escucha música mientras pedalea?

No, no escucho música…Prefiero cantar yo. Tengo mis canciones preferidas, sobre todo Pop y Rock Español de los 80. Nacha Pop, Antonio Vega, y todas aquellas canciones de mi adolescencia, que son tan emocionales…

Díganos lo que más le gusta de esta aventura y lo que menos.

Lo que más la posibilidad de conocer otras culturas a fondo, y con ello ayudar a construir un mundo más justo donde más se necesita… Lo que menos me gusta es separarme de mi novia y de mi familia durante tantos meses. Marta me espera en los Ángeles, ella es en gran medida mi soporte.

En su recorrido ha conocido mucha gente, ¿ha hecho muchos amigos?

Bastantes, de todo tipo. Ciclistas que he conocido a través de la red Warm Showers o por el camino, camioneros, el staff de los hostales… A veces uno va dejando un poquito de su corazón por donde pasa. Esto a veces también es doloroso, porque no me gustan las despedidas.

¿Cómo financia sus aventuras?

Patrocinador económico no he tenido hasta el momento, me mantengo con mis ahorros y con un presupuesto muy ajustado. Sí tengo otro tipo de sponsors como la empresa vasca de ropa deportiva Spiuk, que me cede el equipo, la firma Sony España que me ha dejado una de las dos cámaras que llevo, o la empresa Cinemas Girona que me cede una sala para proyectar el documental.

Por último, ¿Cuál sería el mensaje con el que le gustaría que la gente recordara su viaje?

Junta todas tus pasiones, y haz que valgan para construir un mundo más justo.