sábado. 20.04.2024

"Pedimos a la Junta de Andalucía que se haga cargo del arreglo del ascensor"

Los vecinos del bloque tres de la Plaza Teresa de Jesús llevan más de tres meses sin recibir respuesta

Los vecinos del bloque tres de la Plaza Teresa de Jesús, situada en la barriada Constitución popularmente conocida como ‘El Mopu’, viven desde hace más de tres meses un auténtico calvario. El edificio, de ocho plantas, no dispone de servicio de ascensor y los 34 propietarios deben subir y bajar diariamente los más de 150 escalones que conforman el edificio. La mayoría son personas que sobrepasan los 50 años y presentan problemas de movilidad, mientras que las familias más jóvenes se encuentran con la dificultad de no poder transportar el carrito y demás enseres para sus niños más pequeños.

Ángeles Sánchez, presidenta del bloque, es una de las principales afectadas al localizarse su vivienda en la octava planta, la última del edificio. “Nos sentimos encerrados”, reconoce. El edificio dispone de dos ascensores pero actualmente ninguno de ellos se encuentra en funcionamiento. “El primero lleva más de cuatro años sin arreglarse y nos dicen que no lo van a reparar. Dentro están criando ratas y todo tipo de insectos. El segundo, lleva tres meses parado y hemos pedido a la Junta de Andalucía, como propietaria del edificio, que solucione el problema”, afirma Ángeles mientras muestra todos los escritos presentados ante la administración.

“La empresa Schindler nos argumenta que hay problemas de impagos y hasta que no se solucionen no nos van arreglar el ascensor. Hemos solicitado a la Junta que se haga cargo de las deudas de los inquilinos ya que la comunidad no puede hacer frente al arreglo. Este problema se lo remitimos a Carmen Collado, que habló con Joaquín Muriano, director provincial de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (ADRA), y nos dijo que presentásemos los escritos a la Junta cuando ya lo habíamos hecho. Todo lo que está en nuestra mano lo hemos hecho”, explica Ángeles.

Junto a la presidenta, otros vecinos como Juan, del cuarto, han presentado otros escritos y denuncian una situación límite para la que solicitan una solución inmediata. La mayoría superan los cincuenta años, padecen diferentes enfermedades y subir las escaleras les supone un esfuerzo extra. “Hay días que no tengo más remedio que quedarme en casa porque me cuesta mucho trabajo volver a subir. Solo lo hago cuando tengo que ir al médico o tengo alguna urgencia, a pesar de los mareos”, afirma Dolores mientras muestra su tarjeta sanitaria.

Además de los citados sobreesfuerzos, los vecinos se encuentran con otros problemas externos. Los supermercados se niegan a subir la compra a domicilio más allá de la cuarta planta, al igual que sucede con las bombonas de butano. “Llevo tres días sin ducharme con agua caliente. Ayer tuve que bañar a mi hijo calentando agua en una olla”, afirma Ángeles.

Esta insostenible situación está provocando que muchos vecinos abandonen el edificio. Algunos se han ido a vivir con alguno de sus familiares, otros han buscado acomodo en otros bloques, mientras que la mayoría sigue a la espera de poder normalizar una situación a la que hay que sumarle otros actos incívicos y problemas de higiene que afectan a las zonas comunitarias del edificio.

Uno de los episodios más dantescos lo vivieron hace dos meses, cuando una vecina del 8ºD tuvo que ser ingresada en el hospital. “Fue evacuada del edificio por la azotea debido a que los servicios sanitarios no podían bajarla por las escaleras. Del edificio tres, que es el nuestro, la pasaron al uno y de ahí la bajaron por el ascensor”, relata Ángeles. Un hecho similar también lo padeció María del Mar, operada hace cinco meses de la rodilla.

“Para subirme con la escayola, los sanitarios tuvieron que llevarme en brazos hasta la tercera planta. Todavía no me he recuperado y no puedo coger peso. Algunos vecinos nos ayudan a subir las bolsas o nos hacen los recados cuando bajan a la calle”.

"Pedimos a la Junta de Andalucía que se haga cargo del arreglo del ascensor"