viernes. 19.04.2024
El MIRA | Noticias
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Uno de los protagonistas de esta historia es Juan José Meira, jurista que trabaja en la banca, apasionado por los viajes en bicicleta desde que a los 21 años hizo el camino de Santiago a dos ruedas. Para él supuso un cambio radical en su vida y descubrió que le apasionaba todo lo que rodeaba ese mundo. "Me encanta perderme por la naturaleza y desconectar de todo", afirma.

Pero un día decidió publicar uno de sus viaje en Facebook y descubrió que había mucha gente interesada en conocer sus historias y anécdotas. Hay que tener en cuenta que nos encontramos ante un aventurero que viaja en una bicicleta plegable anclada a un remolque donde almacena la tienda de campaña y un hornillo de cocina. Eso a la gente le gustaba. Cada viaje que realizaba lo subía a la red y tenía más visitas que el anterior.

A raíz del éxito de sus publicaciones llegó a la conclusión de que si sus viajes generaban mucho interés y era feliz haciéndolo, podría ir más allá e intentar ayudar a alguien que realmente lo necesitara. Su idea era dar a conocer una enfermedad y que su público colaborara y ayudara recaudando fondos para combatirla. En un primer momento pensó en el Alzheimer, pero consideró que se trataba de una enfermedad ya conocida. Por eso, buscó otra enfermedad donde verdaderamente sintiera que podía ayudar y apostó por la Fibrosis Quística.

Según varios especialistas en la materia, es una enfermedad genética de herencia autosómica recesiva que afecta principalmente a los pulmones. El páncreas, el hígado y el intestino son otros de los órganos que se dañan, en menor medida, por esta enfermedad. Lo que provoca es la acumulación de moco espeso y pegajoso en estas zonas. Es uno de los tipos de enfermedad pulmonar crónica más común en niños y adultos jóvenes, y es un trastorno potencialmente mortal.

Aquí es donde entra la segunda protagonista de la historia, Paz Bononato, que actualmente padece la enfermedad. Juan nos comenta que la conoció hace varios años en una pizzería donde trabajaba para poder pagar sus estudios. Luego, "hace cuestión de un año y pico, la volví a ver y empecé a seguirla en redes sociales, donde ella explicaba su enfermedad".

La idea de Juan es que su amiga Paz utilice este viaje para la difusión de la enfermedad, como ella hace a través de su blog Bononola, donde sube información para dar a conocer la Fibrosis Quística.

Una frase muy recurrente por los viajeros es que "todos los caminos conducen a Roma", y Juan se lo ha tomado al pie de la letra. Reconoce que no tiene ni la distancia calculada, ni lleva cuentakilómetros, ni camino establecido... Solo estimaciones. "Yo voy solo, y lo único que llevo es una motivación muy grande. A Barcelona llegaré en 20 días, y allí se sumará mi amigo cubano Pedro, que es como un hermano para mí”, afirma.

Que el destino sea Roma es una peculiaridad. El llegar a la ciudad eterna tiene unas connotaciones religiosas para él, por la condición cristiana de Juan. Pero para Paz también es muy importante la capital italiana, porque allí le dieron la pastilla Kalydeco, recetada para los pacientes de la Fibrosis Quística. Con ella, Paz “volvió a nacer”. Esa pastilla le cambió la vida, puesto que ahora tiene mayor capacidad pulmonar. Por todo ello, "que el destino sea Roma podría pensarse en un principio que es por temas religiosos, pero no es así, sino que lo humano prima por encima de todo", explica Juan.

Además la ciudad, también se producirá una coincidencia en el calendario y es que esa pastilla la tomó Paz a principios de octubre, fecha en la que está previsto que Juan corone su destino. "Para pedalear no me van a hacer falta motivaciones", asegura. Diariamente tiene que realizar una ruta entre 65-70 km, aunque habrá días en los que el calor y otros motivos que surjan durante el trayecto, provoquen que finalmente haga una mayor o menor distancia.

Para dar una mayor sensación de aventura, Juan ha decidido cambiar su tradicional bicicleta de montaña por una bicicleta plegable con tres velocidades y un pequeño remolque que pesa unos 20 kilos, donde lleva la tienda de campaña, un hornillo para hacer de comer, la comida y algunos utensilios más. La mayoría de la gente le dice que está "loco" pero tiene muy claro que cumplirá con su objetivo de llegar a Roma. “Si me pasa algo y no puedo pedalear, me bajaré y empujaré la bici, y si no puedo empujar, me arrastraré por el suelo, pero a Roma llego yo… Pero no se lo digas a mi madre” (risas).

La difusión del proyecto está alcanzando una magnitud que está sorprendiendo hasta a los propios protagonistas. "El otro día fui a una tienda de deportes a por un espejo retrovisor y la gente me saludaba dándome ánimos y ofreciéndome todo tipo de ayuda", reconoce Juan. De hecho, el día que le hacemos las fotos, un joven, en una bici plegable, se acerca a pedirle una pulsera de 2Plega2, como se conoce al proyecto y le desea suerte en su viaje.

De hecho, estas pulseras son uno de los elementos que están utilizando para dar a conocer el proyecto y que la gente colabore a través de una donación solidaria destinada íntegramente a la Federación Española de Fibrosis Quística. Juan nos es muy sincero, y se niega a coger dinero por las pulseras, puesto que lo que quiere es que la gente ayude de la manera que pueda a través de este crowdfunding. Así que te invitamos a ayudarles, porque un granito de arena no es nada, pero millones y millones de granos de arena, forman un desierto.

De Jerez a Roma en bicicleta plegable por la Fibrosis Quística