Podemos propone el edificio de la plaza Esteve como nueva sede de la Escuela de Arte

El partido morado apuesta por abrir un proceso participativo para decidir el futuro del inmueble

La responsable del Área de Urbanismo y Movilidad de la organización jerezana, Cristina Pérez, comenta que el edificio de la antigua sede del IARA “se trata de un edificio que forma parte del Patrimonio Histórico de Andalucía por su valor arquitectónico de estilo racionalista que recuerda a la arquitectura italiana de los años 30 de Terragni.” En clara crítica hacia el PSOE y el equipo de Gobierno, cuya intención es venderlo, expone que “un elemento con este valor no puede pasar de manos públicas a privadas. Debe tener un uso para disfrute de todos los ciudadanos”.

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Pérez, arquitecta de profesión, declara que “no podemos obviar el valor de este inmueble ni proponer su derribo a diestro y siniestro como desea el Partido Popular. La demolición de edificios es una práctica que, considerando todo lo que implica ambientalmente para nuestro planeta, solo debería llevarse a cabo en situaciones realmente extremas donde el entorno en el que se encuentre viva una realidad de urgencia social.”

“Es necesario que se lleve a cabo un proceso participativo en el que la ciudadanía pudiese expresar realmente qué quiere hacer con ese edificio, en el que expertos analizaran la ciudad y las necesidades de equipamientos que la población tiene hoy día”, afirma Cristina Pérez. Como ejemplos de ideas que puedan albergar el edificio, Pérez propone un museo con obras de artistas jerezanos o la nueva Escuela de Arte. “Jerez es una ciudad de artistas pictóricos, nunca suficientemente reconocidos como la prodigiosa generación de los años 50. También podría ser la nueva Escuela de Arte, ya que la actual, sita en calle Porvera, se cae a pedazos por dejadez de la Junta de Andalucía.”

La arquitecta lamenta que, unilateralmente, el ayuntamiento no debería tener la potestad de decidir sobre el futuro de un inmueble de tanto valor. “Este edificio no debe verse como una oportunidad de sacar jugo para las arcas municipales, sino como un símbolo del racionalismo del siglo XX de nuestra ciudad – de los pocos que tenemos – y como algo que debemos conservar”, finaliza Cristina.