sábado. 20.04.2024

"Dame más, que más me merezco"

"Los catalantes seguirían siendo pobres, pero con hambre propia, no importada de su odiada España"

"Dame más, que más me merezco"

"Los catalantes seguirían siendo pobres, pero con hambre propia, no importada de su odiada España"

 Por Pascual Fernández Espín 

Es un tema que aunque acurra a lontananza de nuestras hábitat local, sus consecuencias nos pellizcan el estómago, oprimiéndonos las neuronas de tal forma que la siesta de algunos, en vez de ser como Dios manda, como siempre ha sido, con pijama y orinal, a lo Camilo José Cela, se ha reducido, cara al televisor, a un par de cabezadas mal dadas, que todo hay que decirlo, que casi siempre terminan en tortícolis de caballo o una indigestión alimenticia que precisa de los poderes mágicos del almax y Omeprazol del fuerte. Porque no crean ustedes que la pandemia neuronal generalizada se va acabar el día 1 de Octubre. No, no, después vendrá más, y más días jodidillos…Así que,  al final, aun con el riesgo de salir mojado de la opinión, de ponerme como una sopa con lo que voy a decir, por un momento intentaremos hacer de  Rapel, ese mago vividor de pacotilla que cuando llueve por la mañana, a la noche adivina que ha llovido. Y el tío acierta. “El Proces”, como gusta llamar a ciertos catalanes para dar lustre glamuroso al tema, pudiera acabar, o bien como el rosario de la Aurora, o bien de tres formas iguales pero diferentes. (El oxímoron es de aúpa). Eso sí, me adelanto a pronosticar que cualquiera de las salidas que tenga el conflicto catalán, aún con sus victimismo sobre nuestra chepa, de una u otra forma los catalanes serán los grandes beneficiados. Y si no, al tiempo.

La salida más extrema, o sea, la de la independencia, además de una fractura social de difícil curación, de una ruptura moral y sentimental, económicamente sería un desastre para las dos partes implicadas. Para la parte española, como dicen los economistas, la economía se desajustaría negativamente sobre un 17%, pero para la economía catalana el desastre sería muchísimo peor, ya que se encorsetaría en pérdidas más de un 30%, con un déficit galopante, con una prima de riesgo de infarto, fuera de Europa, y ciento de males más que mejor dejarlo antes de que le dé el telele a alguien. Sin embargo, y esa sería la parte positiva para los catalanes, verían culminadas sus fallidas intentonas de independencia de los años 1641, 1873,1931 y 1934. Aunque eso sí, seguirían siendo pobres, pero con hambre propia, no importada de su odiada España. Collons

La segunda salida al conflicto catalán tendría que ser consensuada con la finalidad de dar salida a este oscuro túnel en el que algunos nos han metido. Ello llevaría consigo una reforma constitucional en busca del encaje de bolillos, dentro de Constitución que salga, para buscar acomodo y “pelas” para la Cataluña del nuevo marco político. Bien en forma de federación, confederación, o de república, aunque ésta fuese de corte  bananero. Eso sí, de cualquier manera, las reforma del Estado sería asincrónica, es decir, no todas las comunidades, regiones, federaciones o como puñeta se llamará el apaño, serían iguales. O lo que es lo mismo, tendrían las misma competencias económicas. Que a la postre es lo algunos busca; disponer de más “pelas” que el resto de comunidades, federaciones o lo que salga. Y la tercera, la más rancia, la más denostada por las llamadas fuerzas…llamémosles “progres”, por seguir la corriente, es que todo cambie para que todo siga igual, pero, eso sí…y por ahí van los tiros, los económicos, claro, que se reforme el actual reparto de la financiación para Cataluña, poniéndose como mínimo a la par de los preferentes conciertos del País Vasco y de Navarra. Para el resto de tropa española, séase, comunidades pobres y “agradecidas”, bastante tendríamos con la calderilla de “sus mercedes”.  Pero en tanto se despeja el camino, ya ha comenzado la selección natural del abono orgánico (estiércol) con que abonar la estabilidad emocional de los ciudadanos-feligreses españoles-catalanes. Y si hace unos días, monseñor Xavier Novell i Gomà, obispo de Solsona (Lérida, España) publicó una carta en la que animaba abiertamente a votar a favor por la independencia de Cataluña. Además de ordenar que las parroquias de su diócesis que tocaran sus campanas a las 9 de la mañana del día 1 de octubre para anunciar que ha llegado el día de la libertad. Han leído bien amigo lector, “día de la libertad.” ¿Pero de qué libertad hablará el señor obispo? Pues nada, quizá la solución esté en darle suelta a las hemorroides, si es que las tiene cautivas, y problema resuelto. El epíteto que se me agolpa en la cabeza, por respeto a todos ustedes, me lo voy a reservar de momento. Como era de esperar, después de la opinión de tan ilustre icono social religioso, hoy han tomado partido 380 párrocos catalanes de varios obispados catalanes, exigiendo votar el 1-O, con el mensaje evangélico por medio de: El origen de todo no es la sagrada Constitución española, si no el de la Doctrina Social de la Iglesia, por tanto, ⸺ dice el obispo⸺ el Evangelio defiende este referéndum”.  Así, con un par, al resto que nos den morcilla por no haber sabido interpretar claramente el Evangelio como el señor obispo. Obviamente es su opinión, pero, y la opinión de la Conferencia Episcopal española, ¿cuál es?... ¿Cuál es la opinión del órgano superior del obispo de Solsona? De momento sólo sabemos lo que se dijo en las Orientaciones Morales sobre la Situación Actual de España, Noviembre de 2006, donde la voz de la Iglesia se limitó a recomendarnos a todos los españoles que pensásemos y actuásemos con la máxima responsabilidad y rectitud. ¡Sí señor, como debe ser! Como que es eso lo que queremos todos los ciudadanos, sean del lado que sean y lleven la gorra que lleven.

Pascual Fernández Espín, escritor murciano nacido en Bullas en 1948, es autor de "Bulerías tal como lo escuché", "Salto lucero", "El pastel ajeno", "Con el Otoño a cuestas" y de "Testimonio de una tragedia".

A falta de escuchar más concreción en los mensajes, de momento nos quedaremos con las palabras del Papa Francisco sobre el grave tema que no ocupa: Dijo el Pontífice: “La secesión de una nación sin antecedentes de unidad forzosa hay que tomarla con muchas pinzas.”

O sea, que me quedo igual, pero como aquí todo el mundo habla, hablamos, y pocos se quieren mojar, está claro que los verdaderos protagonistas de esta peli kafkiana, surrealista, o hilan fino, o el tiempo de los cantones, sus alegrías y revueltas… y su fracaso social, comienza a asomar por la esquina.

Por el bien de todos, esperemos que el sol de la cordura vuelva a brillar.

"Dame más, que más me merezco"