miércoles. 24.04.2024
Toros

Padilla en Méjico y Riobamba

Padilla en Méjico y Riobamba

Fructífera ronda por tierras americanas

Vamos a recoger la estancia de Juan José Padilla por Méjico y Ecuador, a lo largo de la cual ha realizado labores de campo, encuentros con el público y ha triunfado en Méjico capital y Riobamba.

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En Méjico Juan José Padilla completó su intensa preparación en el campo para afrontar sus compromisos, en las ganaderías de San Pablo y San Constantino en Guadalajara, compartiendo distintas jornadas con los matadores Andrés Roca Rey, Juan Pablo Sánchez, Olivier Godoy y el novillero Alejandro Fernández.

Por otro lado, la Asociación Nacional de Matadores de Toros, Novillos, Rejoneadores y Similares de México acogió un coloquio en el que participaron Juan José Padilla y Juan Pablo Sánchez. Ante un abarrotado salón, ambos diestros compartieron sus inicios y sus distintas vivencias en el mundo del toro. El jerezano recordó el grave percance que sufrió en la plaza de toros de Zaragoza: ”No le guardo rencor alguno al toro, el hizo lo que tenía que hacer y yo hago lo que tengo que hacer, fue una circunstancia”. Y añadió: "En el toreo, día a día, se sufre de verdad, se vive de verdad y se muere de verdad”, y remató diciendo: "Soy un hombre que no hace nada extraordinario, soy un hombre que hace lo que cualquier otro hombre puede hacer".

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El 20 de Noviembre Juan José Padilla actuó en la Plaza México, en Méjico capital (coso de la Avenida de Insurgentes) con motivo de la Quinta Corrida de la Temporada Grande, en sesión nocturna. Se enfrentó a toros de Marco Garfias, que resultaron astifinos pero justos de presencia y en general de escaso juego aunque con movilidad. El primero mostró su mansa condición desde el principio y saltó de salida al callejón; Padilla estuvo por encima de su oponente, al que toreó bien con el capote; en el inicio de faena caló en la gente pero luego faltaron al toro clase y al torero temple. Tras estocada desprendida, el jerezano anduvo cerca de cortar la oreja del primero, pero el palco no atendió la petición del respetable y se conformó con una vuelta al ruedo.

En el cuarto Padilla no banderilleó pero luego estuvo como siempre, profesional en todo momento, aunque el trasteo no tuvo estructuración en una labor con altibajos. Tras la estocada recogió una ovación desde el tercio tras petición. Padilla abandonó entre palmas el coso a la muerte del cuarto tras pedir permiso a la autoridad por tener que viajar a Ecuador, donde tenía que torea en Riobamba. Sus compañeros fueron José Mauricio, que cerró con ovación y silencio tras aviso, y Juan Pablo Sánchez, que cerró con oreja y silencio.

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El 21 de noviembre Padilla toreó en la plaza Raúl Dávalos de Riobamba (Ecuador), por la fiesta que celebra su aniversario de independencia, ante un encierro de Campo Bravo y El Pinar, parejos y nobles que dieron juego y de los cuales, el sexto resultó indultado. En su primero, Juan recibió con una larga cambiada y verónicas suaves que prendieron el tendido;  puso tres grandes pares de banderillas y en la faena de muleta lució su temple y oficio ante un animal que se quedó parado. Tras una estocada un tanto tendida pero fulminante cortó una oreja con petición de la segunda.

A su segundo lo recibió con una larga cambiada y en el quite lució con tafalleras y chicuelinas. El toro nunca humilló ni fue claro, sin embargo el torero haciendo un derroche de entrega y cariño con el público, realizó una faena larga por ambos lados, con desplantes y adornos, toda entre ovaciones. Con la espada pues pinchó cuatro veces y escuchó dos avisos; pese a todo el público lo obligó a dar una calurosa vuelta al ruedo. Padilla regaló un toro a la afición, pero el burel no permitió que el jerezano se luciera; hizo de todo para triunfar y para agradar al público que no dejó de aplaudirlo; volvió a fallar en el estoque pero recibió una oreja. Tras su actuación, Padilla dijo: "Me voy lleno de emoción pero no contento con el resultado". Sus compañeros fueron El Fandi, que ganó oreja y oreja, y Cruz Ordóñez, que cerró con silencio y dos orejas y rabo simbólicos. Los tres salieron por la puerta grande.

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