miércoles. 24.04.2024

La importancia política de la inutilidad

"Desde que gobierna una gestora, el PSOE ha decidido convertirse en un elemento más útil para la sociedad española"

La importancia política de la inutilidad

"Desde que gobierna una gestora, el PSOE ha decidido convertirse en un elemento más útil para la sociedad española"

El diccionario de la Real Academia define el término útil como aquello que “trae o produce provecho, comodidad, fruto o interés”, luego cualquier hijo de vecino con un mínimo de capacidad cognitiva aprobará por acción, omisión, de forma activa o pasiva todo elemento que se haga acompañar por la característica de la utilidad.

De hecho, todos tenemos en nuestras casas muchas cosas inútiles. Tantas, que de cuando en vez hacemos limpieza y tiramos lo que no es útil. Es decir, aquello que ni nos produce provecho ni comodidad. Sólo nos quedamos con lo que tiene un mínimo de utilidad.

Algo así le ha podido pasar al PSOE. Ahora los socialistas españoles – y al parecer los de media Europa – tratan de encontrar una explicación para su debacle. Unos dicen que la socialdemocracia no ha sabido aliviar los efectos de la crisis. Otros apuntan a los populismos y algunos le echan la culpa al cha,cha, chá. Pero ninguno se mira al espejo, ni hace autocrítica.

El PSOE ha cosechado sus peores resultados de la historia en las dos últimas elecciones generales porque, con Pedro Sánchez como líder, dejó de ser un partido útil para los españoles. Luego, la masa electoral ha colocado a ese partido en el trastero de lo inútil. Se trata de una característica que los socialistas se han ganado a pulso, tal vez porque en los últimos tiempos tan sólo han sabido mirarse al ombligo y hacer una política que ni a los propios socialistas de base, voto o carné interesaba.

Desde que Pedro Sánchez dejó la secretaría general socialista y en ese partido gobierna una gestora, el PSOE ha decidido convertirse en un elemento más útil para la sociedad española. Por ejemplo, desbloqueó la gobernabilidad de España permitiendo la formación de gobierno al partido con más escaños y más votado por los ciudadanos.

Además, ha pactado con el gobierno del PP – la derecha muy derechona y cavernícola- medidas importantes y útiles para el conjunto de la sociedad. Su discurso político se ha alejado notoriamente de la inútil radicalidad del ‘no es no’ e, incluso, hace propuestas curiosas y lógicas. La última, ha reclamado en el Congreso que programas de televisión como ‘Master Chef Junior’ no terminen más allá de las 11 de la noche. Qué hacen los niños despiertos tan tarde en un país que se debate sobre la racionalización de sus horarios de trabajo y descanso.

Tal vez porque el PSOE ha decidido convertirse en útil, en la última encuesta del CIS se registraba un incremento – leve – en la intención de voto, lo que no es poco después de dos tremendas caídas históricas por obra y gracia de una política aciaga. Pero no queda ahí la cosa. La empresa Metroscopia acaba de hacer pública una encuesta sobre la percepción que tienen los españoles sobre la labor parlamentaria de los distintos grupos políticos.

Y el PSOE, según publica la demoscópica en su web, “es el partido cuyo saldo evaluativo ha mejorado más en estos tres últimos meses: de -37 puntos en diciembre de 2016 y -41 en enero de este año pasa, ahora, a -25. Su actuación parlamentaria logra convencer a una clara mayoría de sus votantes (62% frente al 51% de los meses anteriores). Además consigue la aprobación de prácticamente la mitad de los votantes del PP (47% frente al 32% de hace un mes), un dato que nunca antes se había producido”.

Está claro que la utilidad tiene réditos. Sin embargo, el PSOE corre el riesgo de tirar por la borda lo que ha conseguido en estos últimos meses. Las primarias pueden encumbrar otra vez a Pedro Sánchez a la secretaría general. Y todos hemos leído y escuchado sus últimos discursos, en los que se presenta como un radical que quiere volver a las andadas por las que el PSOE perdió el crédito social por su inutilidad.

La importancia política de la inutilidad