Mirando hacia el teatro amateur

Tribuna libre de Diana Molares y Carlos Cabral, de la Cía Toarte

Amateur, galicismo que ya forma parte de nuestro vocabulario más habitual y que designa a cualquier aficionado de cualquier disciplina o actividad.

Nos encontramos amateurs en todas las áreas, disciplinas, artes y oficios, pero desde aquí vamos a centrar la mirada en el teatro amateur.

Dentro del mundo del teatro, el teatro amateur ya ha conseguido una posición consolidada con identidad propia. Agrupaciones de teatro aficionado, confederaciones, certámenes, festivales, premios, el teatro amateur goza de buena salud en nuestro país y el trabajo de sus integrantes es cada vez más reconocida.

La pasión por el teatro hace que con muy poco presupuesto y muchas horas de dedicación se logren montajes muy cuidados y que en ocasiones únicamente se diferencian de montajes profesionales en el precio de la entrada.

Pero no son pocos los obstáculos que los grupos de teatro aficionado se encuentran para llevar a cabo sus proyectos. Presupuestos limitados, falta de locales de ensayo y de almacenamiento de decorados, pago de los derechos de autor de las piezas a representar y un largo etcétera son algunos de los problemas más habituales a los que se enfrenta el teatro amateur.

Desde aquí queremos darle nuestro apoyo a toda esta gente que con dedicación y sacrificio contribuyen a enriquecer el mundo del teatro, viviendo para el teatro y no del teatro, porque con su aportación acercan el teatro a un público que no acude a las grandes salas, manteniendo vivo un arte que no sobreviviría como tal si lo redujéramos a su versión profesional y por tanto más mercantil.

Porque cuando decimos ¡larga vida al teatro! también decimos ¡larga vida al teatro amateur!