viernes. 29.03.2024

Ciudadanos, chantajismo y reforma electoral

Artículo de Opinión de José A. Hierrezuelo
BARCELONA,  EFE/ Andreu Dalmau
BARCELONA, EFE/ Andreu Dalmau

Ciudadanos, chantajismo y reforma electoral

 Artículo de Opinión de José A. Hierrezuelo 

Es muy probable que algunos lectores, una vez hayan leído desde la primera ‘E’ hasta la última ‘A’ de este artículo, me dediquen calificativos del tipo facha, inmovilista, retrógrado, antidemocrático, franquista, troglodita y cuantos gusten para descalificar a alguien que piensa políticamente distinto. Pero, no se preocupen, estoy acostumbrado. En este país por nombre España, o lo que queda de él, la libertad de expresión u opinión sólo parece existir para unos cuantos. Y no exclusivamente podemitas, que por cierto, no son los únicos populistas.

Por una vez, y sin que sirva de precedente, voy a darle la razón a Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, el partido del chantaje continuo no sólo al presidente del gobierno, sino a aquellos alcaldes que rigen sus municipios pendientes de un hilo al que el partido naranja amaga día sí y día también con romper.

Efectivamente, señor Rivera, hay que cambiar la ley electoral. Pero no mañana, sino hoy mismo. Este país se debe dotar de un sistema que garantice la mayoría absoluta de quien gana las elecciones. Que impida la celebración de pactos de perdedores contra la lógica y el sentido común. Y, de forma especial, que eleve el porcentaje de voto necesario para formar parte de un parlamento.

No puede ser que un partido de corte chantajista, sin la menor clase política, se dedique a coaccionar al gobierno de España, Nación a la que Albert Rivera dice defender con uñas y dientes, porque la estabilidad es lo primero tal, tal, tal y tal. Claro, eso debe pensarlo sólo los días pares. Los impares, hace lo contrario.

Ayer le lanzó un nuevo órdago al Gobierno de España… O en quince días se compromete a bajar los impuestos en 2018 o no aprueba el techo de gasto, figura técnica que es el primer paso para que España tenga el próximo año presupuestos, que es el primer gran eslabón para la estabilidad.

Rivera desde el más profundo desconocimiento y aupado por su galopante populismo, debería saber que España sigue vigilada por la Unión Europea por su elevado déficit. Si se rebajan ahora los impuestos y no se disminuye el gasto público, el déficit se dispara. Quiere bajar a toda costa los tributos con el único fin de marcarse un punto político. Pero no dice ni cómo ni mucho menos de qué partidas recortar dinero. Todo sea por el chantaje como fórmula política. Luego, a Albert Rivera le da igual España y la estabilidad.

Con una reforma de la ley electoral, el partido más votado y con más escaños, ahora el PP y quien sabe si en un futuro próximo el PSOE o incluso Ciudadanos, gobernaría con cierta comodidad, sin depender de chantajistas. Qué bien le vendría a Albert Rivera un sistema como el británico. Ni el mismo líder de Ciudadanos sería ahora diputado, pero esa no es la reforma que quiere. Lo que desea es ‘pan tostao, mantecao, por los dos laos’, o lo que es lo mismo, sacar pocos votos y tener mucho poder tal vez para seguir usando el chantaje como arma para hacer política.

Ciudadanos, chantajismo y reforma electoral